Saber cuando hablar, querer adivinar todo lo que por tu cabecita pase, o quedarme callada esperando una sola mirada que me diga la verdad de ese momento. Que me roce la locura, por un suspiro de tu pelo, o un guiño de tus ojos. Porque es lo único que anhelo, a ti y a tu esencia, a cada poro de tu piel, que se desvanece sin avisar como lluvia evaporada por un candente rayo de sol...
No hay comentarios:
Publicar un comentario